El domingo, en una comisaría de Resistencia hubo un motín y posterior control y requisa. Extraoficialmente se habla de que una persona de afuera se hizo arrestar para entrar a la comisaría Duodécima y asesinar a alguien que lleva detenido allí hace un buen tiempo.

La información a la que pudo acceder Chaco Ahora señala que en esa dependencia se hallan alojadas unas 18 personas.

A las 19.55 se encendieron las alarmas en el 911 que indicaban que en la Duodécima algo estaba sucediendo. Fue un oficial de servicio quien solicitó apoyo vía radial por “un desorden de gran magnitud entre los reos” de esa unidad.

Por ello se activó el protocolo de intervención para estos casos que consistió en la comisión de móviles de las comisarías Octava, Segunda, la División COM y División Preventiva. Además, se dio intervención al Departamento Bomberos Metropolitano y la Dirección Cuerpo Operaciones Especiales a cargo del subcomisario Raúl Pelozo.

Primero, el comisario mayor de Policía, Jorge Elías Caballero, intentó mediar con los reclusos, pero no logró obtener colaboración. Había una pelea entre reos de dos celdas.

En ese contexto, a las 20.20, el llavero en turno evidenció una discordia entre detenidos de ambas celdas, donde los mismos procedieron a provocar un foco ígneo sobre un colchón poliuretano.

Ante dicha acción personal de guardia mediante la utilización de extintor sofocó el fuego. No obstante, también se hicieron presentes la División Bomberos Resistencia, el Cuerpo Operaciones Especiales C.O.E., Infantería y móviles de varias comisarías.

Durante el procedimiento, los agentes identificaron a los detenidos -18 internos en total- y observaron que R.A.R, arrestado por "Supuestas amenazas con arma de fuego" y "Supuesto hurto", presentaba heridas leves, por lo que se le brindó atención médica.

Posteriormente, el médico policial examinó a todos los reclusos, “pero ninguno mostró intención de presentar una denuncia”.

Tras la requisa que se hace en estos casos se confiscaron 10 teléfonos celulares y “varios objetos contundentes”, como palos de madera de diferentes tamaños y con extremos afilados, y otros símil a explosivos caseros (botellas de plástico con trapos) que se encontraban dentro de la celda.