Última actualización: 14:39
Los violentos, roban y los que lo hacen por el pan

¡No se olviden de los trapitos! También conviven en el esqueleto de un edifico abandonado de Resistencia

Están los que viven en los edificios abandonados, y se tornan violentos.
Están los que viven en los edificios abandonados, y se tornan violentos.
Están los que obtienen ingresos para comer y mandar a sus hijos a la escuela.
Están los que obtienen ingresos para comer y mandar a sus hijos a la escuela.

Resistencia pasó de ser la “capital de los piquetes” a la “capital de los trapitos”. La propia Municipalidad que conduce el radical Roy Nikisch y el Concejo reconocen la problemática que afecta de forma directa a los resistencianos.

La problemática de los "trapitos" en Resistencia, Chaco, es un tema complejo que involucra diversos aspectos sociales, económicos y urbanos y hasta ahora no hubo una bordaje para eliminarlo.

Las recientes noticias, incluso la bandera que tomó el radical Alejandro Aradas, presidente del Concejo, hacen ver que la solución a esta problemática social está más lejos que cerca.  La situación que se vive en la capital chaqueña es muy compleja desde el punto de vista social y ciudadano.

Sí, la  problemática de los trapitos en Resistencia es compleja y requiere de un abordaje integral que combine medidas represivas con políticas sociales y de prevención. Es fundamental trabajar en conjunto para brindar oportunidades a los jóvenes en situación de vulnerabilidad y mejorar la convivencia urbana.

No hay que olvidar de los que viven en el esqueleto de un edificio abandonado, ex taller Paninka, en Saavedra y Monteagudo donde al quemar maderas causaron un incendio no hace mucho.

Lectores de Chaco Ahora aportan que allí “todas las chapas de cierre están abiertas porque se volvió un refugio de indigentes, trapitos, indocumentados, como quieran llamarlos.

Semanas atrás, uno de los que viven ahí, se descolgó del edificio en una casa vecina y atacó con cuchillo a una señora mayor con su hijo discapacitado.

El edificio en cuestión, es uno de los tantos abandonados por  quien sería un “constructor estafador” de fideicomisos y es un factor de inseguridad en ese sector de Resistencia.

De oficio, algún fiscal o el propio intendente debieran tomar cartas en el asunto y ordenaran el cierre de ese predio, piden los vecinos de la zona porque aseguran que cruzan por allí “es un peligro”.

Los "trapitos" son personas, generalmente jóvenes, que ofrecen cuidar vehículos en espacios públicos a cambio de una pequeña suma de dinero. Aunque esta actividad puede parecer inofensiva, en muchos casos se convierte en una problemática que genera molestias y conflictos. Muestra de ello es lo que está sucediendo con las recepciones, donde se denunció tarifas de $5 mil, sino no te dejan estacionar.  

El otro caso reciente es el que se hizo viral la primera semana de diciembre donde el conductor de una camioneta se baja y se trenza a piñas con un trapito, su pareja, e incluso de mete un perro.

Aradas dice que con el nuevo estacionamiento medido (SIDEM) “erradicará esta problemática” y asegura que “los ciudadanos de Resistencia no van a ser más rehenes de estos cuidacoches”. ¿Lo lograrán?

Es una obligación que como todas reglas, siempre hay excepciones, y hay mucho trapitos, incluso mujeres,  que con esa actividad “se ganan el pan” y no molestan porque no se tornan agresivos. Es que el desempleo juega un punto principal en esta problemática.  Los conocidos como cuidacoches o trapitos se manifestaron en la plaza 25 de mayo y señalaron que se les está prohibiendo cuidar autos y motos, como consecuencia de la implementación del nuevo sistema de estacionamiento medido por parte del Municipio de Resistencia. “De un día para el otro nos sacaron de nuestro trabajo”, señalaron.

Más allá de la fuente de ingreso como principal argumento, a la vez reconocieron que “hay trapitos violentos”.

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