El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, se reunió con el ministro de Economía, Luis Caputo, en Washington, en el primer encuentro oficial entre ambos funcionarios. En un mensaje en la red social X, Bessent señaló que continuarán “las productivas conversaciones sobre las diversas opciones que el Tesoro tiene preparadas para apoyar las sólidas políticas de Argentina”. Caputo y su equipo se encuentran en la capital estadounidense desde el sábado.
Sin embargo, mientras el Gobierno buscaba proyectar normalización financiera, el país recibió otro revés en los mercados internacionales. El banco estadounidense JP Morgan excluyó a Argentina de su índice de deuda emergente EMBI +, un indicador clave que mide la diferencia de rendimiento entre los bonos soberanos de los países emergentes y los títulos del Tesoro de Estados Unidos. Como consecuencia, el denominado “riesgo país” dejó de actualizarse en tiempo real para el caso local.
Según explicó JP Morgan, la medida obedece a un criterio técnico relacionado con el vencimiento de los bonos que componían la muestra local, mayormente títulos reestructurados en 2020, que dejaron de cumplir los requisitos de liquidez y vida residual. La firma aclaró que Argentina continúa presente en índices más amplios de deuda emergente, pero la salida del EMBI + refuerza el aislamiento financiero argentino en un contexto de alta volatilidad.
El riesgo país argentino alcanzó los 1.456 puntos semanas después de la derrota del oficialismo en la provincia de Buenos Aires, aunque luego se estabilizó entre 900 y 1.300 puntos, con un último registro de 1.080 al cierre del viernes pasado. Este indicador es seguido de cerca por los mercados, ya que refleja el sobrecosto que debería pagar el país si buscara colocar nueva deuda internacional.
Analistas destacan que el país deberá afrontar vencimientos por unos 67.000 millones de dólares entre fines de 2025 y 2026, incluyendo compromisos con el Fondo Monetario Internacional, organismos bilaterales, acreedores privados y emisiones en moneda local. La pérdida de visibilidad en el EMBI + complica la lectura sobre el costo de financiamiento y limita la comparación con otros países de la región.
La combinación del encuentro con Bessent y la exclusión del EMBI + muestra la tensión que enfrenta el Gobierno entre intentar mostrar señales de apertura financiera y la persistente desconfianza de los mercados internacionales. Mientras tanto, la estrategia oficial se centra en mantener estabilidad cambiaria y cumplir los compromisos inmediatos, aunque el escenario sigue marcado por restricciones estructurales para acceder al crédito global.
Página 12/ Infobae