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Palabras del doctor Julio Picón

Crónica de un fracaso anunciado: "El hospital está al borde del colapso, las autoridades están a tiempo aún"

Picón hace una crónica de la pandemia en el Chaco. Considera que la cuarentena no va más como única solución para evitar la propagación del virus, se necesita
Picón hace una crónica de la pandemia en el Chaco. Considera que la cuarentena no va más como única solución para evitar la propagación del virus, se necesita "gente capacitada" y una acorde planificación.
"Al principio se subestimó la pandemia, mientras todo el mundo se incendiaba, acá se decía casi despectivamente, que el virus no llegaría nunca", recordó.
"Al principio se subestimó la pandemia, mientras todo el mundo se incendiaba, acá se decía casi despectivamente, que el virus no llegaría nunca", recordó.

“Antes que nada, quisiera aclarar un concepto. No existe la pandemia mundial. Es una impropiedad léxica. La pandemia siempre va a ser mundial. Es como decir jauría de perros, la jauría siempre será de perros, nunca de gatos o cerdos”, comienza relatando en sus redes sociales Julio Picón, médico, especialista en Cirugía y Docencia Universitaria, con trayectoria en la provincia y gran labor dentro del Hospital Perrando.

Picón hace una crónica de la pandemia en el Chaco: “Al principio de la pandemia, con motivo de su cumpleaños, visité a un colega amigo; y éste me pronosticaba que la Argentina sería el país que mejor respondería a la situación pandémica. Yo dudaba de su profecía, y lamentablemente el tiempo me dio la razón. Dentro de los países latinoamericanos somos unos de los que ofrece peores números epidemiológicos, que se traducen en infectados, camas ocupadas y muertos. Y creo que nuestro principal defecto para manejar cualquier crisis, sea sanitaria o económica, desde hace décadas, es la falta de previsibilidad. Es cierto que otros países quizás se vivan idénticas situaciones de inseguridad, o de corrupción, etcétera; pero la diferencia es que en otras latitudes los sistemas funcionan. El chorro está preso y la víctima libre. Acá el árbol mea al perro.

Al principio se subestimó la pandemia, mientras todo el mundo se incendiaba, acá se decía casi despectivamente, que el virus no llegaría nunca. Pero llegó. Entonces vino la cuarentena para preparar al sistema de salud, que después de más de 200 días parece que no se preparó. Se invirtió en salud, en teoría, lo que no se había invertido en años. Pero no se previó el factor humano, el recurso. Fruto de las políticas amiguísticas que pone funcionarios funcionales y no gente experta y seria, a manejar una crisis. Esta crisis es mundial, es cierto. Pero no a todos afectó del mismo modo. Observemos Paraguay, Uruguay, e incluso Bolivia, esta última con un sistema sanitario mucho más modesto. ¿Dónde estuvo el fracaso? ¿La cuarentena fue muy precoz? ¿La gente se cansó y abandonó las directivas de restricción circulatoria?

Si fracasas al planear, planeas fracasar. El personal de salud esta exhausto, ¿por qué? Porque al histórico déficit de recursos, hoy se suma un número de personal de riesgo, otros pícaros que se descubrieron diabéticos hace 6 meses y algunos que no cruzan el puente no sé por qué. Gente que no va al hospital a trabajar porque es de riesgo, pero no duda en salir a pasear por el shopping. Y el trabajo se sobrecarga sobre los presentes. Aguantando directivas de gente que no tiene idea de nada, que no se comió una guardia en su vida, "pastor sin olor a oveja".

Hoy el hospital está al borde del colapso, por un lado Covid, sumale accidentes de tránsitos, hechos de violencia, enfermedades crónicas complicadas porque quedaron sin ningún tipo de control hace meses. El tipo no retiraba su Enalapril por miedo y hoy está con ACV.

Hechos tangibles

Yo soy cirujano, docente, y soy pragmático. Me baso en hechos tangibles. Hay medidas comunicacionales que confunden. Si hay 9 personas, el virus pasa de largo, sin son 11, se contagian todos. Si salís después de las 23 te contagiás, si salís a las 14, no. ¿Cuál es esta lógica epidemiológica? Si estás en una reunión con mil personas, y ninguna está enferma, nadie se contagia, si está en una reunión de 4, si una de ellas está enferma, te contagiás. ¿Cuál es la diferencia entre uno que toma una cerveza a las 23 o las 14?

Yo no hablo por boca de otros. Soy médico que atiendo en todos los niveles, en un hospital de alta complejidad, en un hospital de baja complejidad y hasta en un centro de salud de 24 horas. Los pacientes llegan a tropel. Las patologías crónicas llegan complicadas. Las litiasis vesicular (piedras) se están pateando hace meses, los pacientes van y vienen, rezan para que alguien se apiade y los opere, y se terminan operando complicaciones (colecistitis o síndrome coledociano). Los trastornos de ansiedad, una fiesta para los psiquiatras. Entonces el sistema va a colapsar igual. Atrás quedaron las puestas en escena, de las carpas del ejército y su simulacro, el club Sarmiento y las camas, los pozos de los cementerios para los cadáveres, etc. La gente se olvida fácil, y alguno ya duda si eso realmente pasó.

Yo no tengo la solución, tampoco sé que va a pasar, Pero la mejor opción que puede hacer el Gobierno, no es poner más y más cuarentena, sino poner a gente capacitada a administrar esta crisis, gente que tenga experiencia de gestión y que haya estado en las trincheras. Gente que diseñe un programa coherente y a mediano plazo de cómo superar esta crisis sanitaria. Las restricciones despiertan muchas cosas, aún en el personal esencial. Yo también disfruté como un idiota, de esa fáctica posición de poder, de cruzar por donde los demás no pueden. Como si fueran los beneficios secundarios de la enfermedad.

Las autoridades están a tiempo aún. Ya chocamos el iceberg, pero podemos administrar adecuadamente la evacuación, y salvarnos muchos. Veamos qué hicieron los demás, estudiemos opciones. No todo está perdido”, reflexiona por último Picón.

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